Las pinturas de Juan Martínez representan en general personajes, objetos y edificaciones de los años 1920´s y 1930´s.

Se trata de montajes digitales, en los que generalmente aparecen humanos en un plano abierto, amplio, apaisado, acompañados de objetos antiguos, dispuestos generalmente de tal forma de insinuar una situación natural pero con un cierto sabor a artificial, se siente una descolocación, una des-sincronía que no siempre es fácil de verbalizar, no se trata de situaciones imposibles, mas bien, de situaciones improbables, es en un cierto sentido un surrealismo real.

Es interesante detenerse un poco en la construcción de la imagen en Juan Martínez. Como él mismo reconoce, sus fotos son tomadas de bases de datos públicas en internet, las recorta y coloca formando estas escenas antiguas que ya le son tan propias. Martínez utiliza los recursos que la información, la velocidad y las posibilidades de lo digital, ponen a su alcance para componer la imagen que dará lugar a su obra.

Esta fase del proceso creador de Martínez puede ser vista como una consagración (no exclusiva en esta obra), del concepto de plagio utópico¹, pues las obras, o más bien las fotografías puestas en la red, siendo reinterpretadas, reutilizadas, hasta recicladas por Juan Martínez, se transforman en piezas para un nuevo concepto de plagio, de apropiación, y evolucionan, pasan de su estado rígido, generalmente incoloro, a un estado nuevo, colorido y dinámico, formando parte de un nuevo orden de ideas, de un nuevo corpus de obra.

Alison Haltenhof

¹El plagio utópico, la hipertextualidad y la producción
cultural electrónica. Critical Art Ensemble.